El día 14 de febrero, además de ser San Valentín, el patrón de los enamorados, también es el Día Mundial de la Energía. Y es que, a fin de cuentas, ¿hay algo con más energía que el amor? Quizá no sea casualidad que coincidan en fecha, o quizá sí y simplemente se convierta en una forma para recordarlo siempre.
Este 2020 está marcado por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 que espera aprobar pronto el Gobierno con la encargada de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a la cabeza.
Se trata de un plan ambicioso cuyo objetivo a largo plazo es conseguir que dentro de 30 años, o sea, en 2050 España sea neutra en emisiones GEI. Para ello, se han estipulado una serie de objetivos intermedios a los que se deben llegar en 2030: reducir el 23 % de emisiones respecto a 1990; aumentar las energías renovables en el mix energético hasta llegar a un 42 %; lograr un 39,5 % de mejora en la eficiencia energética y que el 74 % de la energía para la electricidad sea de origen renovable.
Así, este Plan está destinado fundamentalmente a los llamados sectores difusos, en donde se encuentra la edificación – concreta y esencialmente la de carácter residencial – . En este sentido, se habla tanto de mejora de la eficiencia energética, haciendo referencia a la envolvente térmica, como del tipo de fuente utilizada para la calefacción que, sin duda, es lo que más contamina.
Además, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía – IDAE – cuenta con programas de ayudas para los edificios existentes para fomentar su eficiencia, como el Programa PAREER-CRECE y el Fondo JESSICA-FIDAE.
Desde Verosol somos conscientes de la importancia del ahorro energético y la urgencia de una descarbonización, por eso trabajamos duro en innovar y mejorar la calidad de nuestros tejidos, para que tengan siempre mejores prestaciones térmicas que permitan reducir la dependencia de los sistemas de climatización o de la luz artificial.