En los espacios de trabajo, a menudo, la temperatura es objeto de discordia entre compañeros ya que el confort es algo totalmente subjetivo, entrando en juego variables como el índice de masa corporal y, cuando hace calor para uno, puede hacer frío para otro, yendo a los extremos en el ejemplo.
Si bien cada quien percibe el bienestar de manera personal, sí existen recomendaciones de instituciones como el Green Building Council o el Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE) que señalan una temperatura ideal de 23ºC a 25ºC en verano.
Cada verano el aire acondicionado se convierte en el gran protagonista, pero sus efectos por abuso pueden ser negativos, provocando resfriados innecesarios por los cambios bruscos de temperatura entre fuera y dentro.
Para evitar ser esclavos del aire acondicionado y mejorar el confort, a continuación daremos una serie de consejos:
- Utiliza un vidrio en las ventanas que tenga aislamiento térmico y control solar de manera que pueda pasar la luz natural pero que no lo haga con ella la temperatura exterior.
- Usa sistemas de protección solar de interior eficientes. Los tejidos metalizados de Verosol consiguen bajar la temperatura del ambiente hasta en 2ºC y, además, permite la vista al exterior por lo que no existe ninguna sensación de oscuridad como se podría pensar.
- Aprovecha para abrir las ventanas por las mañanas antes de que suban las temperaturas. De 8 a 11, por ejemplo.
- Ten plantas. Las plantas absorben el calor además de ser un bonito elemento decorador.
- Evita alfombras y moquetas. Por fortuna, cada vez son menos las oficinas que tienen moqueta que, aunque vengan muy bien para invierno, en verano todo el calor que retienen ya no es tan apreciado.
- Come alimentos frescos y ligeros. Sopas frías, fruta y verduras de temporada y bebe mucha agua, aunque no tengas tanta sed.
- Y, si llega la hora de poner el aire acondicionado, mantenlo a una temperatura correcta. Se trata de estar bien, no de pasar frío.
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