Hoy se celebra el Día de la Tierra. Probablemente, desde que se tomara como fecha de referencia este día de manera oficiosa – y posteriormente de manera oficial -, nunca antes se había celebrado en un contexto como el actual, a nivel sanitario y a nivel de actividad productiva.
De hecho, el parón provocado por la pandemia ha conseguido que los niveles de contaminación se reduzcan. Según los últimos datos facilitados por el satélite europeo Sentinel -5P, la contaminación atmosférica habría disminuido en torno al 48 % en el viejo continente desde mitad de marzo a mitad de abril.
En el mismo estudio, se resalta cómo en Madrid concretamente las concentraciones de dióxido de nitrógeno bajaron un 48 % respecto al mismo periodo del año precedente. Estos gases son los más perjudiciales para la salud por lo que ya se está empezando a hablar de cómo retomar la actividad normal sin que exista un pico de NO2.
Pero el Día de la Tierra no abarca solo el cuidado del medio ambiente. Es mucho más que eso. Se trata de un compromiso con la vida, con la calidad de ésta y con todos los elementos con los que se interactúa en el día a día. También abarca las relaciones interpersonales, las estructuras de los servicios públicos y privados o el respeto a la biodiversidad.
Todo esto debe ser impulsado desde una perspectiva sistémica con la lucha contra el avance del cambio climático como base que nutre todo el proceso. Desde la ONU ya alertan sendos informes que se está llegando tarde y que se necesitan compromisos, políticas y acciones –con las actuales no se conseguiría- que reduzcan las emisiones 7,6% cada año entre 2020 y 2030.
Desde Verosol queremos mostrar nuestra apuesta por proteger la salud de las personas, la de la naturaleza y del medio ambiente, apostando por sistemas de protección solar eficientes que contribuyen también a la salubridad de los edificios donde se encuentran instalados y a fomentar la sostenibilidad.