Hoy se celebra el Día Mundial por la Reducción de Emisiones de CO2. Ya el año pasado hablamos de ello y, lamentablemente, es posible que se convierta en un tema recurrente si no se cumplen los compromisos adquiridos.
Este día clave se celebra en una atmósfera de debate, con la emergencia climática apenas declarada por parte del Gobierno que acaba de comenzar su legislatura. Desde el Ministerio se están perfilando una serie de acciones que van encaminadas a frenar en general el cambio climático y, entre ellas, algunas en particular, dirigidas a disminuir la contaminación, por CO2 y otras partículas.
En este sentido, el factor más importante es la concepción de que la reducción de emisiones es una tarea de toda la sociedad y que debe ser asimilada así, como algo transversal en todas las políticas públicas destinadas a tal fin.
Desde Verosol estamos de acuerdo con esta idea y enfoque. Por lo que respecta al campo de la arquitectura y la construcción, la huella de CO2 empieza a medirse ya a partir de los proyectos y la elección de los materiales, hasta el uso que se haga del edificio.
En relación a un estudio elaborado por C40 Cities, Arup y la Universidad de Leeds, «Buildings and Infraestructure Consumption Emissions», las emisiones de edificios e infraestructuras podrían llegar a reducirse hasta un 44 % con el horizonte de 2050.
Las nuevas tendencias de la arquitectura y la construcción y la obligatoriedad de que los edificios se conviertan al consumo de energía casi nula unido a un impulso del uso de energías renovables hacen que todo esto pueda ser posible.
Nuestros tejidos metalizados llevan años contribuyendo a reducir las emisiones del edificio donde vienen instalados y haciendo su contribución para la apuesta de un comportamiento responsable en el consumo de los recursos.
Quizá el año que viene tengamos que volver a hablar de este día, pero confiamos en que haya habido avances positivos.