La normativa sobre edificios de consumo energía casi nulo y eficiencia energética en los edificios es bastante clara y debe estar en la base de cualquier proyecto, que también ha de tener presente la Agenda 2030. Por ello, el requisito fundamental del concurso para el diseño de las nuevas oficinas de la Comisión Europea convocado por la organización era, precisamente, que se tratase de un proyecto en el que la sostenibilidad fuese un elemento clave y diferenciador.
Tal y como recoge Tecmared, el nuevo complejo de oficinas contará con una superficie 2 millones de m2 y, al contrario de lo que se pueda esperar dadas sus dimensiones y las necesidades que debe abarcar, se estima que conseguirá ahorrar hasta un 50 % en emisiones de CO2, reduciendo un 70 % el consumo de energía respecto a las instalaciones actuales.
Esto puede conseguirse a través de la implementación tanto de elementos constructivos y el uso de fuentes menos contaminantes y eficientes para la climatización de los espacios, además de otros aspectos como la orientación, la instalación de vidrios de alta calidad con la adopción de medidas de aislamiento y de control solar, entre otros.
En este sentido no hay que olvidar que el confort térmico en un edificio de oficinas es clave para el desempeño de la actividad así como en términos de uso y ahorro de energía, ya sea un edificio privado o público.
Igualmente, también la calidad visual, la entrada de luz natural y la ausencia de deslumbramientos y reflejos en las pantallas, son también elementos importantes y es aquí donde la protección solar de interior juega un rol definitivo, más allá de las propiedades del vidrio.
Este complejo, cuyo desarrollo correrá a cargo del arquitecto Rafael de la Hoz, el estudio londinense Perkins and Will, los arquitectos Latz + Partner y las ingenierías españolas TYPSA y MC2, se estima que se convierta en una zona emblemática del trabajo de la Comisión Europea, por donde pasarán cerca de 5000 personas al día.