Hoy leíamos que el Gobierno de Navarra ha convocado un concurso de proyectos para la construcción del nuevo edificio que formará parte de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad. Uno de los criterios base a cumplir por todos los proyectos que se quieran presentar es que el edificio debe ser de consumo de energía casi nulo.
A partir del 1 de enero de este año, este requisito ha dejado de ser un capricho del tribunal para convertirse, por fin, en una obligatoriedad. Volvíamos de las vacaciones de Navidad con la noticia, ya anunciada, de la aprobación del Real Decreto por el que se modificaba el Código Técnico de la Edificación. Así, se integran los documentos básicos de DB-HE de Ahorro de Energía y DB HS de Salubridad que deben cumplir los edificios de nueva construcción o aquellos existentes que realicen algún tipo de intervención.
El objetivo que se persigue con esta modificación es garantizar la mayor eficiencia energética del edificio posible para reducir el impacto medioambiental que su uso tiene en la sociedad y su entorno.
Atendiendo a distintas características de la proyección, el uso de los materiales de construcción, así como al equipamiento de sistemas de suministros renovables o sostenibles, se calcula que se puede llegar a un importante ahorro energético de más del 40%.
Por otra parte, además, los hábitos de las personas que lo ocupan y la optimización de la energía frente al espacio siguen siendo importante. En este sentido, desde Verosol hacemos hincapié en la maximización de la luz solar. Su aprovechamiento a través de sistemas de protección solar de interior óptimos, reducen la dependencia de la luz eléctrica, aumentando aspectos como el confort visual o el confort térmico.
Es precisamente la ventana la que concentra mayores fugas de calor y/o entrada de frío, contar con un buen acristalamiento combinado con un sistema de protección solar contribuye a ese ahorro energético que es necesario (y urgente) cumplir.